martes, 29 de junio de 2021

CASTILLO DE MIRAVET.

El nombre de Miravet parece algo confuso, ya desde tiempos musulmanes en el siglo IX se le cita como Murabit, que en árabe quiere decir ermitaño, por lo que cabe la posibilidad que en su origen fuera una casa o alquería aislada a orillas del Ebro.
A principios del siglo X el califa de Córdoba Abd-al-Rahman III ordena fortificar la frontera del Ebro para defenderse de los continuos ataques de los cristianos del norte de la frontera del Al-Andalus. La entonces alquería de Murabit es fortificada. De la época musulmana sólo quedan escasos restos; la actual configuración del castillo es templaria, ya que en este lugar los monjes templarios establecieron una encomienda de la orden. La distribución de las dependencias del castillo siguen unas pautas comunes al resto de los castillos templarios. Alrededor de un patio central se levantan las distintas dependencias; similar distribución que tienen los monasterios, pues al fin y al cabo los templarios además de guerreros eran monjes. El castillo estaba ocupado por los almóravides, monjes guerreros musulmanes fanáticos de la religión mahometana. Contra ellos se lanzaría Ramón Berenguer IV príncipe de Aragón y conde de Barcelona, al frente de su ejercito y de los monjes templarios. En 1153 (siglo XII) el castillo es tomado y Ramón Berenguer entrega el castillo a los monjes guerreros en la persona del maestre Pere de Rovira. Los templarios reformarían el castillo en su totalidad, dándole la actual configuración que hoy podemos observar. El castillo protegería el paso del Ebro desde la cercana Tortosa hacia el interior. En 1314 la Orden del Temple fue disuelta por el papa y los bienes templarios pasaron a poder de la Orden del Hospital. El castillo de Miravet sería, el último reducto templario en rendirse a las tropas reales. La Orden del Hospital mantendría la titularidad del castillo hasta 1835 en que fueron obligados a abandonar el castillo. Este es vendido a particulares y en 1990 es comprado por la Generalitat de Catalunya. El castillo de Miravet, sería escenario y protagonista de múltiples conflictos bélicos. Las Guerras de las Germanias, las guerras carlistas y sobre todo sería testigo en época más reciente de una de las decisivas batallas de la Guerra Civil Española, pues por este lugar pasarían las tropas republicanas camino de la Batalla del Ebro. El castillo de Miravet era el lugar de residencia del maestre de la Corona de Aragón, en la torre del tesoro, se custodiaban los bienes del temple y los archivos de la orden. En la conocida como torre de la Sangre, se dice que allí fueron ajusticiados los últimos templarios que no quisieron rendir el castillo después de la orden de disolución del temple. Hoy se sabe que esta historia es falsa. Después de la conquista cristiana del castillo, la población de la zona seguiría siendo musulmana y no sería hasta 1609 con el decreto de expulsión de los moriscos en que la zona quedara prácticamente despoblada.