domingo, 24 de abril de 2022

EL TEIDE



El Teide cuenta con una altitud oficial de 3715 metros sobre el nivel del mar y 7500 metros sobre el lecho oceánico, siendo el pico más alto de España, el de cualquier tierra emergida del océano Atlántico y el tercer mayor volcán de la Tierra desde su base en el lecho oceánico, después del Mauna Kea y el Mauna Loa, ambos en Hawai. La altitud del Teide convierte además a la isla de Tenerife en la décima isla más alta del mundo.
Los vulcanólogos consideran al Teide como un volcán potencialmente peligroso. No se sabe cuándo, pero entrará en erupción en algún momento. De hecho, los científicos tienen una lista de volcanes que hay que vigilar de cerca (en realidad, se vigilan) en Europa: el Vesubio y Campi Flegrei (Italia), Santorini (Grecia) y Teide (España). El Teide está monitoreado constantemente para activar el plan de emergencia cuando fuese necesario.

El Teide con los roques de García.

El roque Cinchado, también es llamado popularmente Árbol de Piedra. El más emblemático de los roques de García y la imagen más conocida del Teide.




El llano de Ucanca, situado en las cañadas del Teide, se encuentra a una altura de 1980 m sobre el nivel del mar.
El circo de Las Cañadas es una de las mayores calderas del mundo, tiene forma elíptica, con 16 km de eje mayor, 10 km de eje menor y 45 km de perímetro. Las lavas procedentes de las distintas erupciones han rellenado extensas superficies de la antigua caldera con materiales volcánicos de todo tipo, con lo que se ha formado un espectacular paisaje de aspecto caótico.
Las coladas de lava forman a veces campos de escoria llamados malpaises, otras caen ladera abajo o asoman sobre volcanes más antiguos formando lenguas, y otras se disgregan en enormes bloques.




La Tarta. La formación conocida como La Tarta del Teide se refiere a una serie de coladas volcánicas solidificadas que se encuentran en un extremo del Parque Nacional del Teide. La formación es un antiguo río de lava, resultado de una serie de erupciones volcánicas en las que se acumularon diferentes tipos de materiales de distintas características y colores de manera superpuesta. De ahí la denominación de la formación, la cual recuerda a un pastel.
Se estima que entre cada una de las capas pueden haber transcurrido siglos o milenios. La capa blanca está formada por fragmentos de piedra pómez muy porosa y ligera. Las capas negras se forman por picón basáltico, característico de las erupciones con bajas emisiones de gas. Por último, las capas rojizas también son de picón basáltico, pero su color es el resultado de haber entrado en contacto con aguas subterráneas que han oxidado el material antes de evaporarse por el calor.



 

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