martes, 18 de junio de 2024

CASTRO de SANTA TREGA.

El castro de Santa Tecla, Santa Trega en gallego,​ es un castro galaico y un sitio arqueológico que se encuentra en el contorno del monte de Santa Tecla, de 341 metros de altitud, en el extremo más sudoccidental de Galicia, en el municipio de A Guarda (Pontevedra). Es un lugar privilegiado desde el que se domina todo el contorno de la desembocadura del Miño. Ese dominio sobre todo el entorno hace pensar en un origen defensivo y de vigilancia.


El castro de Santa Trega pierde su origen en el siglo IV a.C y se mantuvo ocupado hasta el III d.C. Fueron los oestrimios o galaicos los primeros pobladores quienes después soportaron la conquista romana a partir del siglo I a.C. El castro de Santa Trega estuvo poblado hasta 300 años después, para después desplazar el poblamiento hacia tierras más bajas, dando origen posiblemente a la villa de A Guarda. Sobre el siglo III comienza su decadencia aunque es más que probable que fuera reocupado posteriormente en sucesivas ocasiones, incluso en época cristiana sirviendo de retiro para ermitaños.

Acceso por la puerta de la muralla.


El poblado castrexo ocupa una extensión de casi 20 hectáreas, habiendo sido excavado un pequeño porcentaje. Además del recinto amurallado, las viviendas se reparten por diferentes partes del monte e incluso en la cima han sido localizadas varias estructuras. Se le suponen unas medidas de 700 metros de norte a sur y de 300 m de este a oeste convirtiéndolo en uno de las mayores citanias del noroeste peninsular y pudiendo haber albergado entre 3000 y 5000 personas. 

Existió un camino de ronda paralelo a la muralla, típico de los asentamientos castreños, muy evidente en época romana. De este camino surgen distintas vías radiales que cortan el poblado en sectores. Son verdaderas calles de cerca de dos metros de ancho de las que parten otros pasajes secundarios que llevan a los conjuntos de viviendas, almacenes y talleres, acabando en la puerta de las viviendas principales. Es un auténtico sistema capilar que en su momento debió ser incluso algo laberíntico. Se ha dicho que este urbanismo desordenado aparentemente podría cumplir una función defensiva en caso de conflicto, forzando a las tropas atacantes a combatir casa por casa en un laberinto atiborrado de enemigos.

Las casas son de planta circular, a excepción de algunas de planta rectangular, de origen romano.



Interior de una vivienda.


Desde el castro se domina toda la desembocadura del Miño por un lado y la costa atlántica por el otro con la actual población de A Guarda a sus pies.


 

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