La gruta fue descubierta por un pastor en 1808, pero se originó mucho tiempo atrás, hace unos 14.000 años, gracias a las aguas del río Urtxuma que perforaron la roca calcárea y dieron lugar a las bellas formaciones de estalagmitas y estalactitas que hoy podemos contemplar.
Los restos de sílex hallados en ella revelan que fue habitada por el hombre prehistórico; muchos siglos después, sirvió de escondite para contrabandistas o de refugio durante la Guerra de la Independencia y las contiendas carlistas. Y las leyendas locales cuentan que aún hoy es morada de las lamias, seres mitológicos mitad pato y mitad mujer.
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