El pueblo fue abandonado por sus habitantes durante los bombardeos y, cuando pudieron volver, tuvieron que reconstruirlo totalmente un poco más abajo de su situación original.
Las fotografías originales son en color pero he preferido pasarlas a blanco y negro porque creo que reflejan mejor ese pasado oscuro de destrucción y sufrimiento. A excepción de la última, un mural realizado con las manos de los niños del pueblo que pretenden abordar el futuro sin olvidar su historia. Esa está en color.
No son ni mis mejores ni más bonitas fotos, pero creo que la fotografía no solo debe ser simplemente imágenes bonitas. Tiene una función más importante, dar testimonio, dejar constancia de las cosas e impedir que desaparezcan o caigan en el olvido.
Tengo que agradecer a un buen amigo de otro buen amigo, y ahora amigo de todos nosotros, la generosidad de dedicar un día completo de su tiempo a mostrarnos los escenarios de la batalla del Ebro y contarnos la historia de la batalla, de su pueblo y de su familia. Una verdadera autoridad en estos temas. Gracias Felip.
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