martes, 2 de noviembre de 2021

Bretaña. Mont Saint Michel.


El Monte Saint-Michel tiene la particularidad de ser un islote rocoso rodeado de una maravillosa bahía, escenario de las mayores mareas de Europa. El monte y su bahía, clasificados desde 1979 como Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO, no esconde un castillo sino una majestuosa abadía.
El origen de la ocupación del lugar fue, como podríamos adivinar, religioso. Antes de que llegara la cristianización, los galos ya consideraban que el monte era sagrado, levantaron monolitos en honor al dios Belenus (el sol) y emplazaron un cementerio en sus laderas. La primera abadía, construida por monjes benedictinos, se levantó en el año 966, aunque se tienen evidencias de una pequeña iglesia todavía anterior. Aubert, obispo de Avranches, habría fundado un santuario sobre el Mont-Tombe en 708, después de tres apariciones sucesivas del arcángel San Miguel.
En el Siglo XIII, bretones, normandos e ingleses lucharon por este enclave estratégico en diferentes guerras, provocando que el monte y su interior se fortificara. Desde entonces, nunca más volvió a ser conquistado. Esta seguridad permitió que proliferara el gótico flamígero y se levantara la actual abadía.
Absolutamente nada en kilómetros a la redonda, en medio de un paisaje totalmente plano, hace sombra a la fortificación, coronada por la célebre estatua del Arcángel San Miguel, situada a 156 metros sobre el nivel del mar.


Entramos por su puerta principal: la puerta Bavole,


La vía principal (y casi única) de todo el lugar: la Grande Rue, repleta de pequeños museos, tiendas y restaurantes.













Capilla de Juana de Arco.




Ya en la cima, la abadía. Dividida fundamentalmente en dos partes, la iglesia abacial románica y la denominada ‘Maravilla’, o espacio de residencia de los monjes, con el claustro y el refectorio, nos llevará la mayor parte de la visita al Mont-Saint-Michel, y sin duda es el punto culminante del mismo. Podemos admirar la gigantesca obra arquitectónica donde confluye lo religioso, lo militar y lo medieval, además de diversos estilos artísticos como el románico o el gótico flamígero.














Saint Michel nocturno.
 
































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