La Fuente del Francés es un enclave natural que ostenta su nombre en honor a un abate huido de la Revolución Francesa que se ocultó de las efervescencias políticas de su país en la localidad próxima de Término.
Dicho clérigo descubrió unas aguas minerales durante su retiro, que le llegaron a curar unas dolencias en la vista, y probablemente por el conocimiento de otros manantiales por la zona, descubrió sus efectos beneficiosos sobre enfermedades del estómago, intestinales y los de la vejiga.
Nuestro afable abate supo transmitir las propiedades curativas de la fuente. Aunque de un día para otro desapareció de la comarca, la fuente conservó su nombre como recompensa a su descubrimiento. Más adelante, en 1870, Genaro Cagigal creó aquí un balneario que tuvo mucho éxito en aquella época.
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