lunes, 11 de noviembre de 2024

CHILE 5. Toconao, fiesta de San Lucas.


En la Región de Antofagasta, al borde noreste del salar de Atacama, a 2.475 metros sobre el nivel del mar, se encuentra la localidad de Toconao, una pequeña vega que permitió el asentamiento de grupos humanos desde tiempos prehispánicos. Actualmente cuenta con aproximadamente 786 habitantes, siendo en su mayoría parte de la comunidad indígena atacameña autodenominada Comunidad Ancestral Lickanantai de Toconao, dedicada principalmente a la agricultura y artesanía en piedra. 

Toconao significa lugar de piedras, y viene de las palabras kunza tocknar, que significa piedra, y ao, lugar.


Hoy se celebra, como cada año, a san Lucas, el santo patrono del pueblo, aunque la fiesta está llena de simbología precolombina y es una ocasión también para dar las gracias por el agua y la vida que han hecho prosperar a la región, tal como lo hacían los antiguos atacameños miles de años atrás. A pesar de las grandes transformaciones culturales a lo largo del tiempo, Toconao no ha perdido su ancestral cultura andina.
 


Se realiza un recorrido por las calles del pueblo, acompañados de bandas de música y danzas tradicionales. las comparsas, grupos de danzantes y músicos, recorren las calles del pueblo al ritmo de tambores, zampoñas y charangos, interpretando danzas tradicionales como la diablada, la morenada y la cueca.













Es una muestra de que creen en Dios y en la Pacha Mama; se reza a la tierra, los cerros y el agua, se venera a la Pacha Mama, al igual que a sus santos patronos y a la Virgen junto a las tradiciones del pueblo Lickanantay. Es una mezcla de devoción católica y tradiciones indígenas, reflejando la fusión de culturas que caracteriza a la región.




Cada comparsa viste trajes elaborados que representan diferentes personajes de la mitología andina, como el diablo, el condor, el ángel y la diosa de la tierra, Pachamama.



No podía faltar el abanderado con la bandera de las comunidades indígenas.







La música y la danza se acompañan de rituales y ofrendas a la Pachamama, destacando la conexión profunda entre los atacameños y su entorno natural.












Para nosotros ha sido una oportunidad única de experimentar el sincretismo cultural de la región y participar en una fiesta llena de energía y simbolismo.







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